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Cuando escribí el tema de lo que quería contarles, lo que anoté fue “cómo conseguí casarme” y bueno creo que la respuesta a esto es : Gracias a Dios y punto.
Pero si quiero contarles algunas cosas que pensé durante años y aunque muchas de estas cosas fueron cambiando o adaptándose a mi realidad, creo que me dieron un norte por lo menos un poquito más claro de lo que quería en una relación.
Como punto número 1, yo NO QUERÍA TENER UNA RELACIÓN MUY LARGA DE NOVIOS, respeto a quien la tiene, pero para mí no era una opción pasar 5 o 10 años siendo novia de la misma persona sin que eso llegara a formalizar.
Entiendo claramente que si se inicia una relación de noviazgo a una edad temprana, pensar en matrimonio es casi imposible, porque ambos están cumpliendo y trabajando por metas individuales como estudios, conseguir trabajo, comprarse un carro, viajar, entre otras cosas, pero pienso que hay un estigma social que va generando cierta incomodidad cuando los años van pasando y no se formaliza con el matrimonio.
Tal vez la opinión de los demás no debería importar, pero al menos en mi caso, no lograba visualizarme siendo una novia de muchos años o en una relación de noviazgo tan larga.
Incluso en algún momento de la relación con mi esposo, cuando éramos novios le dije que yo no era una novia de 5 años, especialmente porque cuando lo conocí yo tenía 30 y no me veía andando de la manita 5 años más y como que me escuchó porque a los 2 años exactos después de nuestra primera salida, nos casamos.
Como punto número 2, siempre entre broma y broma decía vacilando que NO ME QUERÍA CASAR EN MIS 20's, o sea de 20 a 29 años. Realmente casarme no era el deseo de mi corazón y menos a esa edad, sentía que era muy joven y que tenía que vivir, equivocarme, experimentar, conocer y no se que más, pero tenía que hacer muchas cosas antes de casarme y ponerme seria en la vida.
Realmente cuando oraba le pedía a Dios que no me fuera a mandar a mi esposo en los 20’s, que me lo fuera mandando como un poquito antes de cumplir 30, tampoco es que lo hacía fervientemente, pero la verdad es que si le pedía a Dios que me ayudara con esto y como que también me escuchó, porque conocí a mi esposo 4 meses antes de cumplir 30 años, y ese cumpleaños lo celebré con él.
Así que bueno, creo que yo tenía muy claro el porque no quería casarme joven y de verdad, doy gracias a Dios de que eso no sucedió porque simplemente yo no estaba preparada para el matrimonio y probablemente hubiera terminado en un error doloroso para ambas partes.
Tampoco crean que no me salió con quien casarme, tal vez nunca hubo una propuesta formal, pero en algunas ocasiones si las cosas hubieran continuado en la de menos algún valiente se hubiera querido casar conmigo.
Bueno, como punto número 3, hubo un momento en mi vida en que NO CREÍA EN LA FIDELIDAD, realmente no tenía muy buenos ejemplos prácticos de lo que significa ser fiel en una relación de pareja, simplemente yo veía como todo el mundo se daba vuelta con todo el mundo y nadie respetaba nada.
Y en muchas ocasiones vi como mis amigos tanto hombres como mujeres, eran víctimas o protagonistas de una infidelidad y no solo mis amigos más cercanos, sino también la gente en el trabajo, los compañeros de la U, familiares y bueno yo misma varias veces me vi envuelta en este tipo de situaciones.
Así que esto me hace volver a mi punto número 2, y es que yo simplemente no estaba lista para una relación de verdad y mucho menos para una relación de matrimonio. Y otra vez tengo que decir – gracias a Dios que cambié – porque literalmente todo en mi cabeza era un desastre y si hubiera continuado con ese tipo de pensamientos al día de hoy todo sería muy diferente y no muy positivo.
Como punto número 4, hubo otro momento de mi vida en que pensé que yo MERECÍA A ALGUIEN QUE VIVIERA CONMIGO LAS EXPERIENCIAS POR PRIMERA VEZ, o sea que ambos nos casáramos por primera vez, que ambos tuviéramos un hijo por primera vez, que ambos compráramos nuestras primeras ollas y nuestra primera casa y así sucesivamente, nuevas experiencias para los dos.
En ese momento de mi vida, no recuerdo muy bien ni cuantos años tenía ni que me llevó a pensar algo así.
Pero luego con el tiempo lo cambié y me pareció que no era lógico que yo en mi lista de deseos para encontrar el príncipe azul pidiera que fuera primerizo en todo igual que yo. ¿por qué no me pareció lógico? Porque yo me acercaba a los 30 años y quería un hombre mayor que yo, y porque encontrar un hombre en sus 30 que no se haya casado, que no se haya juntado, que no tenga hijos o que no se haya divorciado era más difícil, claro no imposible pero decidí que esa pequeña gran cláusula no fuera parte de mis requisitos.
Y me alegro de haberlo decidido y de haber cambiado de parecer, porque de lo contrario cuando conocí a mi esposo, probablemente lo hubiera desechado como opción para cualquier cosa, porque en su currículo ya había un divorcio y un hijo.
Y supongo que en ese momento lo que pensé es que estaba muy guapo, porque tenía unas ganas increíbles de conocerlo cada vez mas y hoy me alegro montones de que esa decisión que en algún momento tomé, no perduró mucho en mí.
Como punto número 5, TUVE POCOS NOVIOS, al menos formales, de los que llegan a visitar a la casa y uno presenta como novio, pero si salí con varias personas, de esas con las que uno sale un ratito, un par de meses y si las cosas como que no funcionan de ninguno de los dos lados, pues chao.
Algunas veces me botaron a mí, otras veces yo decidí, pero en su gran mayoría creo que fue una cosa de ambos lados. Sin embargo esto me permitió ver lo que no quería en una relación, lo que no me gustaba, diferentes formas de tratarme, de respetarme, de “quererme”, realmente este punto tal vez más que ayudar en algo, destruyo mucho y hasta cierto punto produjo un vacío en mi, pero aún así todo fueron lecciones aprendidas que ayudaron a formarme y también en algún momento a hacer un alto y reencontrarme conmigo misma.
Luego, como punto número 6, una cosa que me parece súper importante y que aplicaba cuando salía con alguien, ya acercándome un poquito más a los 30 era buscar SALIR CON ALGUIEN QUE ESTUVIERA EN LA MISMA PÁGINA.
A qué me refiero con esto, bueno explico, de 25 años para arriba yo pensaba que era más probable conocer a una persona que me interesara más, que la relación funcionara mejor y que las cosas se dieran para lograr algún día formalizar el asunto. Entonces me puse a pensar de que en caso de enamorarme profundamente, debía de hacerlo de alguien con quien compartiera ciertos puntos importantes en mi lista desde el principio de la relación.
Entonces casualmente en las salidas yo hacía ciertas preguntas clave y analizaba sus respuestas, de alguna manera para tener una mejor idea del panorama desde el principio. Porque muchas veces sucede que las personas están tan felices y enamoradas que cuando por fin se toca un tema importante y hay diferencias de opiniones o de lo que se quiere en la vida, es más difícil separarse, porque efectivamente ya hay amor y una relación establecida.
Entonces me parece muy importante primero tener claro uno mismo que es lo que se quiere en la vida en términos de relación de pareja y futuro y segundo tener claro lo que la persona con la que estamos empezando a salir quiere o planea para su vida.
Obviamente nadie empieza a salir con alguien con la idea de casarse, pero saber en que página está la persona con la que estamos empezando a salir, me parece un buen consejo para definir si se continua o no con la relación que apenas está empezando.
Por ejemplo temas que consideré importantes y que yo pregunté en su momento son:
- la fe o la religión
- posibilidad de casarse
- si quiere o puede tener hijos
- metas a corto y mediano plazo
Esta última me parece relevante ya que en varias ocasiones he visto mujeres que se involucran en una relación con un hombre 5 o más años menor, y aunque no tenga nada de malo, a veces cada quien está en lo suyo y queriendo cosas totalmente distintas.
Lo que si veo un poco desequilibrado es salir con una persona que está concentrada en sus estudios, en comprarse un carro, en salir de fiesta, en impresionar a los amigos, mientras yo como mujer (u hombre) quiero casarme, formar una familia y establecerme. A esto es a lo que llamo estar en páginas diferentes.
Incluso esto aplica también con “seguir la fiesta” muchos hombres o mujeres quieren seguir la fiesta como cuando tenían 20, y no tiene nada de malo, lo malo es que la pareja sienta que ya pasó o superó esa etapa y regresar a casa a las 4 de la mañana no le hace tanta gracia como quedarse acurrucado un viernes viendo una película con deseos de que las cosas se vuelvan más serias en la relación. Y ojo me refiero a serias, no aburridas, que es diferente.
Como punto número 7, JUNTARME NO ERA UNA OPCIÓN para mí, realmente nunca lo consideré como una posibilidad en mi vida, siempre pensé en salir de mi casa casada, y no sé si esto es más por un tema religioso que se quedó en mi, pero lo que escuchaba de la gente siempre era “vamos a ver si funciona” y pienso que las relaciones no funcionan solas sino mas bien hay que hacerlas funcionar, hay que esforzarse, hay que trabajar todos los días para que funcionen y cuando no funcionan muy bien hay que revisarlas, aceitarlas, ajustarlas y volverlas a encender, tal cual si fueran una máquina.
Pero pienso que esto solo se logra cuando hay un compromiso con Dios, con la pareja y con uno mismo, porque cuando no se apuesta nada a la relación, es muy fácil dejarla perder.
Pero con esto no quiero ofender a nadie, es solo mi opinión y es muy válido que otras personas piensen distinto e incluso su experiencia personal sea un caso de éxito.
Y mi último punto número 8, pero el más importante para mí, el que considero fue clave en mi noviazgo y es el que nos ayuda actualmente a seguir, fue INVOLUCRAR A DIOS EN NUESTRA RELACIÓN. Si yo se que puede sonar muy “pandereta” o cristiano, pero para mí eso fue y es la clave de todo.
Cuando conocí a mi esposo, ambos estábamos en la misma página en ciertos asuntos y ambos habíamos pasado procesos complicados y dolorosos, sin embargo desde el principio decidimos buscar una iglesia, empezar a ir todos los domingos e incluso aprender más. Por lo que comenzamos a ir a cursos entre semana, donde aprendimos no solo de fe, si no de nosotros mismos como pareja y como individuos.
Y como lo mencione antes, gracias a Dios cambié, gracias a Dios tuve un corazón arrepentido y dispuesto a aprender y a tener una relación con Dios casi por primera vez. Y tener una mejor relación con Dios, me ayudo a tener una mejor relación conmigo misma y eso directamente afecto la relación de pareja, porque ambos habíamos decidido cambiar para bien y entregar todo a Dios. Y bueno, las cosas salieron bien desde el principio y hoy día ambos sentimos que Dios nos cuido en todo el proceso del noviazgo, la boda, la construcción de la casa y todo lo demás que se viene con el matrimonio.
Y esperamos que poniendo de nuestra parte, esforzándonos y aprendiendo cada día más sobre como tener un mejor matrimonio y formar una familia, Dios sea el centro de todo y de esa forma la cuerda de 3 hilos no se romperá fácilmente.
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Gracias por leerme y nos hablamos pronto.
Chaoooo
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